25 de Mayo: Cuando el Intendente es el Conflicto

El viento en 25 de Mayo reúne las hojas caídas en un rincón de la calle. Al mismo tiempo, la política amontona personajes violentos y bizarros en sus filas. Uno de ellos destaca. Es Ramiro Egüen quien rebasó los límites del propio partido fundado por Milei. Su accionar político no solo define la crisis de gobernabilidad en el distrito, sino que expone un estilo de conducción donde la confrontación sistemática pone en jaque a la propia institucionalidad. Para comprender la trama de esta crisis, es indispensable desentrañar la trayectoria y el método de un líder que, en su breve gestión, ha sabido acumular apoyos y rechazos con la misma intensidad.

Un Peregrinaje Político: Ideología y Oportunidad

Ramiro Egüen, abogado de profesión, ha demostrado en su meteórica carrera política una flexibilidad ideológica que pocos pueden igualar. Su carrera es un mapa de alianzas cambiantes:

1. Orígenes en Juntos por el Cambio: Con una base en la UCR y la Coalición Cívica, fue electo concejal en 2021 por la principal coalición opositora al peronismo. Su perfil, en ese momento, parecía ajustarse a los cánones de un dirigente joven con vocación de servicio desde una fuerza consolidada.

2. El Salto Libertario: De cara a las elecciones de 2023, en un movimiento audaz, decidió saltar de Juntos por el Cambio para postularse como intendente por La Libertad Avanza (LLA). Esta jugada, que muchos vieron como un giro de 180 grados en su identidad política, resultó exitosa: Egüen capitalizó el fenómeno Milei y logró destronar al peronismo local, asumiendo la intendencia de Veinticinco de Mayo el 10 de diciembre de 2023.

3. Breve Vínculo y Ruptura: Su idilio con el espacio libertario fue efímero. Apenas seis meses después de su asunción, Egüen rompió con La Libertad Avanza. La razón, según trascienden fuentes cercanas al arco político, fue el bloqueo a su pretensión de que su esposa ocupara un lugar en las listas como senadora provincial. La rigidez en el armado nacional de LLA chocó con sus aspiraciones personales. Tras esta ruptura, intentó un acercamiento con el frente SOMOS Buenos Aires, liderado por la UCR, pero tampoco logró un acuerdo, aparentemente por las mismas razones.

4. Vecinalismo como Refugio: Finalmente, Egüen optó por la construcción de un proyecto propio: el partido vecinalista Acción Ciudadana. Este camino, si bien le otorga autonomía, también lo ha dejado en una posición de relativo aislamiento. Su pragmatismo para alcanzar el poder, transitando de un espacio a otro, lo ha llevado a un escenario paradójico donde debe enfrentar hoy a concejales de fuerzas que antes lo respaldaron o con las que coqueteó, incluyendo a un sector de La Libertad Avanza que ahora forma parte de la oposición que lo cuestiona con dureza. Su figura, por tanto, se moldea más por una estrategia de oportunidad que por una adhesión ideológica inquebrantable.

El Estilo "Propulsión a Chorro": La Confrontación como Método

La trayectoria de Egüen no solo se define por sus pases de camiseta, sino por un estilo de gestión que ha sido calificado como "propulsión a chorro". Esta expresión, utilizada por la oposición, grafica su tendencia a la acción directa, impulsiva y, a menudo, confrontativa. Lejos de la búsqueda de consensos, su método parece basarse en la imposición y en una marcada personalización de la política.

Testimonios de vecinos y dirigentes locales pintan un cuadro de "miedo en el pueblo" y de "persecución política". Un comerciante de apellido Tuya, por ejemplo, denunció haber sido amedrentado por Egüen, quien lo habría acusado públicamente de "chorro" y habría propiciado el cierre de su negocio. Este incidente, que escaló hasta denuncias por abuso de autoridad, es un ejemplo de cómo las diferencias políticas pueden trascender la esfera pública para impactar directamente en la vida de los ciudadanos. La lógica de Egüen, según sus críticos, es implacable: "cuando le decís que no, te trata de eliminar".

La violencia verbal y el autoritarismo no se limitan a los ciudadanos. Luis Balenzano, quien fuera su Secretario de Servicios Públicos y descrito como su "brazo armado", protagonizó un episodio de agresiones verbales contra el kirchnerismo durante un acto oficial, lo que finalmente derivó en su despido. Este suceso, conocido como "la violencia entre los violentos", mostró una interna desbordada y una gestión que, en lugar de apaciguar, exacerba las tensiones.

La Crisis del HCD: Decretos, Sobresueldos y un Escándalo Anunciado

El punto culminante de esta dinámica llegó con la controversia generada por los decretos 852/2023 y 853/2023. Firmados a fines de 2023, en el marco de una supuesta "emergencia económica municipal", estos decretos dispusieron: primero, un aumento del 100% en los gastos de representación del intendente, lo que la oposición calificó de "sobresueldo" escandaloso; y segundo, la afectación de su camioneta particular para uso oficial, con todos los costos a cargo de los contribuyentes. La gravedad de estos hechos se magnificó por la falta de publicación de los decretos y su numeración anómala, lo que levantó sospechas de "corrupción encubierta".

La reacción opositora fue contundente. El interbloque peronista, junto a concejales de La Libertad Avanza, PRO Democracia y la UCR, logró la mayoría para derogar ambos decretos. El siguiente paso fue intentar conformar una comisión investigadora para indagar a fondo no solo en estos, sino en los 746 decretos que, según se supo, habían permanecido sin publicar durante meses y que fueron subidos al sistema de manera intempestiva el mismo día de la sesión.

La sesión del HCD se transformó en un campo de batalla. El oficialismo, acudiendo a una interpretación restrictiva del reglamento, exigió dos tercios de los votos para la comisión investigadora, mientras la oposición defendía la mayoría simple. La tensión escaló hasta la irrupción del propio intendente Ramiro Egüen en el recinto.

El video de la sesión es elocuente. Muestra un HCD sumido en el desorden, con interrupciones constantes, gritos y acusaciones mutuas. Egüen se presentó para defenderse, acusando a la oposición de un "pacto destituyente" y de buscar removerlo del cargo. Su intervención fue una demostración de su estilo confrontativo, personalizando la discusión y descalificando a los concejales. El presidente del cuerpo apenas pudo contener el caos, y la sesión se prolongó en un "papelón" que culminó con el intendente retirándose entre más reproches, dejando una imagen de quiebre institucional. La concejal Yamila Galdó Carrizo (PJ) describió la actitud de Egüen como "a los gritos, insultando y agraviando", una postal de la virulencia que se vivió.

Choques con la Provincia: El Gobierno de "Espaldas a la Salud"

El talante confrontativo de Egüen no se limita al ámbito municipal. Su relación con el gobierno provincial de Axel Kicillof ha sido igualmente tensa. Un ejemplo paradigmático fue su rechazo a participar en la inauguración de un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) en 25 de Mayo, una obra impulsada por la provincia. Egüen desestimó el centro de salud, calificándolo de "enclave provincial" y llegando al extremo de considerar la posibilidad de desalojarlo bajo el argumento de una "usurpación" de un terreno municipal. Esta actitud, percibida como de "espaldas a la salud", fue duramente criticada por el gobernador, quien lo acusó de hacer "politiquería barata".

Otro foco de conflicto ha sido la ampliación de un frigorífico local, una iniciativa que contaba con el apoyo e impulso de la provincia. A pesar de la importancia de esta inversión para la generación de empleo, Egüen ha sido acusado de obstaculizar el proyecto, sumando otro frente de batalla con el gobierno provincial y generando incertidumbre en el sector productivo local.

La Democracia en el Límite

La situación en Veinticinco de Mayo, bajo la intendencia de Ramiro Egüen, trasciende la mera disputa política. Es un estudio de caso sobre cómo un estilo de liderazgo basado en la confrontación, el pragmatismo ideológico y una marcada tendencia a la personalización del poder puede corroer las bases de la gobernabilidad democrática.

Los decretos polémicos, la escandalosa sesión del HCD, los choques con la provincia y las denuncias de violencia y autoritarismo pintan un escenario de alta fragilidad institucional. La "propulsión a chorro" de Egüen, que lo catapultó a la intendencia, hoy lo deja en un aislamiento político que dificulta cualquier intento de consenso. La democracia en Veinticinco de Mayo se encuentra en el límite, en un pulso constante entre la autoridad unipersonal y la necesidad imperante de controles y equilibrios institucionales. La resolución de esta crisis determinará no solo el futuro político del intendente, sino la salud democrática del distrito en su conjunto.