"Laboratorio Milei": Una Autopsia Necesaria de la Crisis Argentina

La victoria de Javier Milei no fue simplemente un evento electoral; fue un sismo que agrietó los cimientos del sistema político argentino, dejando a analistas, ciudadanos y a la propia clase dirigente en un estado de perplejidad. Para navegar este nuevo y volátil territorio, se necesitan más que crónicas periodísticas o diatribas ideológicas; se requiere un bisturí analítico de precisión. Ese bisturí es precisamente el que ofrece Liliana De Riz, una de las politólogas más lúcidas y respetadas de Argentina, en su obra "Laboratorio político Milei". Lejos de ser un retrato coyuntural del personaje, el libro es una autopsia rigurosa del cuerpo político que incubó el fenómeno y una guía indispensable para comprender la naturaleza del experimento en curso.

La tesis central de De Riz es tan contundente como necesaria: Javier Milei no es la causa de la crisis, sino su consecuencia más visible y disruptiva. Su ascenso se erige sobre las ruinas de un sistema de representación que colapsó por su propia incapacidad para procesar las demandas de una sociedad exhausta. Este no es un argumento nuevo, pero la autora lo dota de una profundidad y una evidencia empírica que lo vuelven irrefutable. El "laboratorio" al que alude el título es Argentina misma, un espacio donde la histórica bicefalia que estructuró la política pos-2001 —el kirchnerismo y el antikirchnerismo (encarnado en Juntos por el Cambio)— implosionó, creando un vacío de poder y de sentido que Milei supo capitalizar con una destreza performática formidable.

El Diagnóstico de la Decadencia

De Riz dedica la primera parte de su análisis a desmenuzar con maestría el proceso de agotamiento de las dos grandes coaliciones. Argumenta que tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio fracasaron en su promesa fundamental: ofrecer un horizonte de previsibilidad y progreso. Atrapados en sus propias internas, en diagnósticos anacrónicos y en una desconexión palpable con el "sentido común" de la época, los actores tradicionales perdieron lo que Pierre Bourdieu denominaría el monopolio de la nominación legítima; es decir, la capacidad de nombrar los problemas y proponer las soluciones que la sociedad reconoce como válidas.

La autora detalla cómo la frustración económica —décadas de estancamiento, inflación endémica y pauperización de la clase media— actuó como el combustible de un incendio que esperaba la chispa adecuada. La política se convirtió en un campo autorreferencial, un juego de sombras donde las disputas de poder internas importaban más que la gestión de lo público. En este contexto, el grito de Milei contra "la casta" no fue un mero eslogan de marketing, sino la verbalización de un sentimiento extendido y profundo. Resonó no solo por su vehemencia, sino porque certificaba una verdad que millones de argentinos experimentaban en su vida cotidiana: la clase política, en su conjunto, había dejado de representarlos.

La Anatomía del Fenómeno

Uno de los mayores aciertos del libro es su análisis del dispositivo Milei. De Riz se aleja de la caricatura del "loco" o del simple outsider para examinar los componentes de su éxito. Identifica tres elementos clave:

1. La Construcción del Personaje: Milei entendió que en la era de la política-espectáculo, la autenticidad (o su apariencia) es un capital invaluable. Su estética disruptiva, su lenguaje directo y su performance mesiánica crearon un personaje que rompía con la calculada moderación y el lenguaje críptico de la política tradicional. Construyó un capital simbólico propio, encarnado en la figura del "león" que viene a destruir el statu quo.

2. El Dispositivo Comunicacional: El libro subraya cómo La Libertad Avanza operó como una startup política, utilizando las redes sociales para construir una comunidad de fieles y para sortear el filtro de los medios de comunicación tradicionales. Mientras la vieja política seguía dependiendo de las conferencias de prensa y las apariciones televisivas, el ecosistema digital de Milei creaba una narrativa paralela, mucho más eficaz para movilizar a los segmentos más jóvenes y a los ciudadanos digitalmente activos.

3. La Heterogeneidad del Voto: De Riz desarma la idea simplista de que el votante de Milei es un único bloque homogéneo. Su análisis revela una coalición electoral diversa: jóvenes precarizados que nunca vieron un futuro de progreso, votantes de derecha tradicional desilusionados con el "gradualismo" de Juntos por el Cambio, ciudadanos "apolíticos" hartos de la corrupción y la ineficacia, e incluso antiguos votantes peronistas de sectores populares que sintieron que el Estado les había fallado. Milei logró interpelar a todos estos grupos con un significante vacío y poderoso: la libertad.

Gobernar desde la Incertidumbre

El "laboratorio" no se detuvo el día de la elección. Ahora, en pleno funcionamiento, enfrenta su prueba más compleja: la gobernabilidad. De Riz, con su sólida formación institucionalista, dedica la parte final del libro a plantear los enormes desafíos que enfrenta un presidente sin una estructura partidaria robusta, sin gobernadores propios y con una minoría precaria en ambas cámaras del Congreso.

El gobierno de Milei es un experimento de poder ejecutivo puro, que busca imponer su agenda por decreto y a través de la confrontación directa con lo que define como "el sistema". Esta estrategia, si bien puede ser efectiva para mantener movilizada a su base, choca de frente con la lógica de pesos y contrapesos de una república federal. El libro deja flotando la pregunta más inquietante: ¿es sostenible un gobierno de estas características? ¿Puede la voluntad de un solo hombre, por más legitimidad de origen que tenga, sustituir la lenta y compleja construcción de consensos que exige la democracia?

"Laboratorio político Milei" no ofrece respuestas definitivas, y ese es quizás su mayor mérito. No es un panfleto ni una profecía, sino un mapa detallado del terreno. Liliana De Riz nos entrega una obra imprescindible, no solo para quienes buscan entender el "fenómeno Milei", sino para cualquiera que esté preocupado por la salud de la democracia argentina. Su lectura es un ejercicio de realismo crudo, un recordatorio de que los monstruos, como advertía Gramsci, surgen en el claroscuro donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba de nacer. Argentina está en ese claroscuro, y este libro es una luz potente para no caminar a ciegas.